martes, 9 de octubre de 2012

Ideas esenciales de la educación inclusiva

La educación inclusiva se presenta como un derecho de todos los niños, y no sólo de aquellos calificados como con necesidades educativas especiales (NEE). Pretende pensar las diferencias en términos de normalidad (lo normal es que los seres humanos sean diferentes) y de equidad en el acceso a una educación de calidad para todos. La educación inclusiva no sólo postula el derecho a ser diferente como algo legítimo, sino que valora explícitamente la existencia de esa diversidad. Se asume así que cada persona difiere de otra en una gran variedad de formas y que por eso las diferencias individuales deben ser vistas como una de las múltiples características de las personas. Por lo tanto, inclusión total significaría la apuesta por una escuela que acoge la diversidad general, sin exclusión alguna, ni por motivos relativos a la discriminación entre distintos tipos de necesidades, ni por motivos relativos a las posibilidades que ofrece la escuela.

Desde esta postura resultan criticables, por su carácter excluyente, los modelos de integración basados en el uso de espacios y tiempos separados para el trabajo con determinados alumnos con problemas. A cambio de ello se favorecen las prácticas educativas y didácticas que no sólo acojan la diversidad sino que saquen provecho de ella.

Si la heterogeneidad constituye un valor, la homogenización en la escuela, que a su vez ocurre como resultado de las prácticas selectivas en los sistemas educacionales, es vista desde esta perspectiva como un empobrecimiento del mundo de experiencias posibles que se ofrece a los niños, perjudicando tanto a los escolares mejor "dotados" como a los "menos dotados"

Los principios de la escuela inclusiva están ideológicamente vinculados con las metas de la educación intercultural.

martes, 2 de octubre de 2012

Watson

Desarrollo psicosexual

DESARROLLO PSICOSEXUAL

El individuo pasa por distintas etapas de evolución en las que se producen cambios, en el mismo y sus relaciones con los demás. Estas son denominadas etapas de evolución de la libido; la libido es la energía que corresponde a la sexualidad.

En estas etapas el individuo busca distintas formas de satisfacción de la sexualidad y de las fantasías.

Freíd describió las etapas y las zonas donde se centra el placer en cada momento del desarrollo. Estas etapas nos permiten comprender las características de la personalidad y el comportamiento.

Por ejemplo, cuando el bebe es bañado, cuando se apega al pecho, biberón o el chupete por el mero placer que le provoca las succión y el contacto. Estas sensaciones visuales, táctiles y aditivas son los primero objetos de amor para el.

En psicoanálisis se distinguen diferentes etapas del desarrollo de la libido:

•Etapa oral

•Ciclo anal

•Etapa fálica

•Confuso de Edipo

•Etapa de latencia

•Pubertad y adolescencia

Etapa oral:

Desde el nacimiento hasta el destete. El niño poco a poco se va identificando con su madre; si ella sonríe el también, si ella habla el balbucea, etc.

Durante la dentición el sufrimiento es calmado al morder. El mordisco es su manifestación agresiva y su impedimento o no tendrá importancia en el desarrollo de su agresividad. Por eso el destete debe comenzar antes de este periodo para que el bebe pueda chupar y morder no solo objetos sino comida sólida, sin provocar prohibiciones.

Fase oral:

El bebe se encuentra en un estado de desamparo total y esto hace que dependa de su madre, a través del llanto el recién nacido pedirá para obtener la satisfacción de sus necesidades. Ejemplo: cuando llora le responden con un biberón, así a través de la satisfacción de sus necesidades se construye un vinculo con su mama, el cual será de gran importancia para su desarrollo.

El juego en esta etapa es una actividad que proporciona placer autoerótico porque se lleva al cabo en el propio cuerpo. Por lo general esta relacionado con la alimentación. Poco a poco al separarse de su madre el niño comienza a transferirle las propiedades de su cuerpo a “objetos transicionales” (un pañal, una sabanita, un oso de peluche, etc.) ya que permiten crear un espacio intermedio entre el bebe y la mama. Estos objetos son acariciados y maltratados (libido y agresión) para expresar su ambivalencia afectiva.

Etapa anal:


En esta etapa el niño descubre junto con el control del esfínter el poder que esto le trae, dar o no dar según quiera. Se adueña de su cuerpo el decide si quiere ir o no ir al baño. Su independencia comienza a tomar forma.

La expulsión de los excrementos produce emociones contradictorias en el niño, por un lado intenta recompensar a la madre con ellos y por el otro, cuando se constipa expresa el desacuerdo o la negación a someterse a la negación de los deseos de la madre.

El niño siente placer cuando es higienizado por su madre, esto es una de las dificultades que el niño sufre al pasar a esta etapa, al no tener esa satisfacción el niño se niega a controlar el esfínter y esto dificulta aun más el desarrollo.

Por otro lado el niño al descubrir este poder de manejo de su cuerpo se siente grande, mayor e importante como algún hermanito o amiguito mayor que ya aprendió a hacerlo, y si es alagado, felicitado y hasta recompensado por ello la satisfacción de haber superado esta etapa es aun mayor que la satisfacción al ser higienizado por su madre.

El control del esfínter requiere dos renuncias: por un lado debe renunciar a jugar con sus propios excrementos y por otro debe renunciar a hacer sus necesidades en cualquier sitio y horario.

El niño trata de imitar al adulto en sus gestos, en sus conductas y en sus palabras.

En esta edad el niño comienza a jugar con agua, con arena y con barro. En esta etapa comienza a desplazarse solo y a adueñarse de los movimientos de su cuerpo, sabiendo que quiere o no hacer. En esta etapa la ambivalencia es la base de la conducta, en la que aparece la tendencia al amor y al odio hacia el objeto de amor. El pensamiento funciona como un esquema de opuestos.

Toda mujer es una mama, buena o mala grande o pequeña; allí empiezan las comparaciones. Los objetos que se oponen a su voluntad son malos y el les pega.

Las reacciones agresivas deben ser desplazadas a los muñecos, los animales o a otros objetos que remplacen a los padres. En este momento el niño toma esta realidad afectiva como objetiva, tan solo registra las repercusiones agradables o desagradables que tiene su propia existencia.

Fase anal:


Esta fase se inicia por el avance de maduración. En esta fase la “caca” para el niño adquiere un importante valor, ya que le otorga un carácter de “regalo” que entrega como signo de amor a su madre. Pero también cobra una carga agresiva, constituyendo un elemento a través del cual se descargan las desilusiones y frustraciones con los objetos amados. En esta etapa cobra importancia la ambivalencia afectiva: amor-odio.

El juego en esta fase es donde el niño le da un enorme placer por la suciedad y el desorden, así como por el dominio y la destrucción, que están relacionados con la zona corporal dominante y la actividad que se despliega el niño en esta etapa.

En este juego se utilizan varios objetos como por ejemplo: juguetes para llenar-vaciar, que puedan rodar (a partir de los cuales el niño experimenta un gran placer), etc.

Etapa fálica:


Esta etapa dura entre los 4 y 6 años; la niña y el niño descubren sus órganos sexuales, a causa de la excitación de la micción y por los tocamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo.

Los bebes tienen juegos eróticos manuales y generalmente esta actividad que ellos realizan cesa por si misma y vuelve a aparecer a los 3 años. Descubren la diferencia de los sexos.

Los padres le imponen una renuncia al interés que tienen por tocarse en nombre de la estética y la moral; y el niño se adapta a dicha imposición a fin de retener el amor paternal. Cuando lo logra, se vuelve a centrar en su interés por los genitales.

Los niños de esta edad empiezan con los “porque”. Cuando los adultos responden las preguntas sexuales, el niño percibe lo prohibido. El papel de las relaciones sexuales entre los padres todavía les resulta oscuro.

Entre los 4 y 5 años aparecen otros tipos de preguntas como el de: ¿Cuál es la diferencia entre un niño y una niña? Los padres intentan explicar que la niña no tiene pene. El niño trata de negarlo pensando que tienen uno más pequeño o que le va a crecer. Sin embargo, piensa de que la madre también tiene pene, pues al niño le resulta imposible creer que la madre carezca de el.

A medida que el niño crece, la madre ya va dejando de ocuparse de el en forma exclusiva.

El niño necesita menos compañía, juega más con sus juguetes y su voz. La observación de la actividad de la madre y la reflexión sobre sus palabras lo conducen a adquirir dos nociones importantes. Aparece el “obedecer” o el portarse bien con la promesa de que si se porta bien recibirá tal cosa. Lo niños no temen perder el amor de sus padres, porque lo tuvieron o porque no lo tuvieron incondicionalmente, tienen problemas de conducta.

El niño descubre la muerte en esta etapa; al observar a los animales, pregunta acerca de las causas de su muerte que el atribuye a la vejez. “Matar es inmovilizar” ese es el sentido que al principio cobra la muerte para el niño.

El niño o la niña descubren que no son el único amor de la madre, que pueden ser abandonados por otros intereses de ella: su padre y sus hermanos se transforman en sus rivales.

En el estadio anal, la niña se interesa por cambiar y bañar a las muñecas y por lavar trapos. El niño juega más con piedras, con autos, con trenes.

Ella empieza a preocupar por su arreglo personal, le saca los cosméticos a la madre, se pone sus vestidos, le gusta usar carteras, es decir le gusta identificarse con la madre imitando sus acciones, sus gestos y sus palabras.

El niño se entrega a juegos más agresivos, juega con bastones, con palos, los transforma en fusiles o en revólveres y se complace en dar miedo y ordenar. Cuando puede, se pone la ropa del padre.

Hacia los 4 años y medio, el varón juega a golpear y matar a su padre en la lucha emocional con el y trata de acaparar toda la ternura de la madre; le promete casarse con ella y tener hijos: entra en el periodo de complejo de Edipo.

La niña vive un periodo similar, hacia los 3 años y medio: se comporta de manera seductora con el padre, se muestra coqueta y afectuosa, centra su interés en el. Se muestra celosa de el y trata de acaparar toda su atención y su afecto.

Pero para el niño y la niña la pareja de los padres en esta etapa resulta una frustración, y muchas veces los progenitores los mandan a jugar para poder quedar solos en su intimidad y el niño se siente impotente y celoso.

Si el niño asiste a las relaciones sexuales entre los padres, sea porque los sorprende, las imagina como una especie de batalla violenta. A esto se les denomina “escena primaria” (coito entre los padres).

Las nuevas teorías psicológicas sobre la sexualidad femenina ponen el énfasis en la revalorizacion del rol femenino: la mujer no se dirigía al padre porque la madre no tiene pene sino para comprobar si el esta tan orgulloso de ella, porque es tan femenina como la madre.

martes, 4 de septiembre de 2012

Discapaciad Intelectual

Excepcionalidad y superdotación: Concepto bidireccional.

La excepcionalidad es un concepto utilizado para describir tanto las características de los individuos que manifiestan una capacidad intelectual elevada como aquellas que presentan una baja capacidad. Lo característico de la excepcionalidad es que:

a) Aparece con una baja frecuencia. Es pequeño el número de deficientes respecto de los normales; asimismo la frecuencia de los superdotados y talentosos es baja respecto de la población normal.
b) Se diferencia de la normalidad. Los sujetos excepcionales tienen, por lo general, características propias y específicas diferentes de las de la población normal. Diferencias de dos tipos: cuantitativo (mayor o menor frecuencia en susproducciones); y cualitativo (configuración intelectual, productos más o menos elaborados). . ,..,
c) Exige una respuesta educativa diferenciada y diversificada. La excepc.onal.dad intelectual concretada en las deficiencias y dificultades intelectuales, precisa de medidas educativas adaptadas al ritmo de aprendizaje de las personas que manifiestan algún problema, dificultad o retraso en el proceso de ensenanza- aprendizaje.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Niños superdotados y genio

Superdotación intelectual

La superdotación intelectual o sobredotación intelectual (abreviadamente superdotación) es el término con que se identifica la posesión de un potencial intelectual muy elevado. Tradicionalmente se ha asociado con tener una inteligencia por encima de la media, hasta el punto de que durante mucho tiempo se consideró como definición de superdotación el tener un cociente intelectual (CI) superior a 130 puntos en la escala de David Wechsler (siendo la media de 100). [1] [2] Como cualquier otro talento, la superdotación se considera una aptitud personal innata, que no puede ser adquirida, a diferencia de las habilidades, que pueden adquirirse mediante entrenamiento y experiencia. [2]

Aunque originalmente no hubo una definición unificada de superdotación, los avances en la teoría de las inteligencias múltiples han creado un nuevo modelo en el que se distingue entre personas con uno o más talentos (es decir, que sobresalen en uno o más de los posibles tipos de inteligencia), y personas superdotadas, que sobresalen en general en todos los tipos de inteligencia, y presentan además una alta creatividad y varios rasgos de personalidad característicos. [1] [2] [3] [4]

Por extensión, superdotado es el término usado para designar a aquellas personas que poseen esta característica. Aunque existe un cierto debate al respecto, la opinión comúnmente aceptada es que la superdotación es hereditaria. [1] [2] [3] [4] Algunos autores proponen que se hereda a través del cromosoma X (es decir, de la madre), lo cual justificaría la diferencia estadística entre hombres y mujeres en los tests, aunque dicha afirmación está en disputa. [4]

martes, 24 de abril de 2012

Criterios de diagnóstico según el DSM-IV

Retraso mental leve CI 50-55 a 70.
Se los denomina los de la “etapa educable” son alrededor del 85 % de las personas afectadas por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años preescolares (0-5 años de edad), tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensorio motoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños sin retraso mental hasta edades posteriores. Acostumbran adquirir habilidades sociales y laborales adecuadas para una autonomía mínima, pero pueden necesitar supervisión, orientación y asistencia, especialmente en situaciones de estrés social o económico desusado. Contando con apoyos adecuados, los sujetos con retraso mental leve acostumbran a vivir satisfactoriamente en la comunidad, sea independientemente, sea en establecimientos supervisados.

Retraso mental moderado CI 35-40 a 50-55.
El retraso mental moderado equivale aproximadamente a la categoría pedagógica de “adiestrable”. Este grupo constituye alrededor del 10 % de toda la población con retraso mental. Adquieren habilidades de comunicación durante los primeros años de la niñez. Pueden aprovecharse de una formación laboral y, con supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal. También pueden beneficiarse de adiestramiento en habilidades sociales y laborales, pero es improbable que progresen más allá de un segundo nivel en materias escolares. Pueden aprender a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares. En su mayoría son capaces de realizar trabajos no cualificados o semicualificados, siempre con supervisión, en talleres protegidos o en el mercado general del trabajo. Se adaptan bien a la vida en comunidad, usualmente en instituciones con supervisión.

Retraso mental grave CI 20-25 a 35-40.
Incluye el 3-4 % de los individuos con retraso mental. Durante los primeros años de la niñez adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo. Durante la edad escolar pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. Se benefician sólo limitadamente de la enseñanza de materias preacadémicas como la familiaridad con el alfabeto y el cálculo simple, pero pueden dominar ciertas habilidades como el aprendizaje de la lectura global de algunas palabras imprescindibles para la “supervivencia”. Los adultos pueden ser capaces de realizar tareas simples estrechamente supervisadas en instituciones. En su mayoría se adaptan bien a la vida en la comunidad a no ser que sufran alguna discapacidad asociada que requiera cuidados especializados o cualquier otro tipo de asistencia.

Retraso mental profundo CI 20-25.
Incluye aproximadamente el 1-2 % de las personas con retraso mental. La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su retraso mental. Durante los primeros años desarrollan considerables alteraciones del funcionamiento sensorio motor. Puede predecirse un desarrollo óptimo en un ambiente altamente estructurado con ayudas y supervisión constantes, así como con una relación individualizada con el educador. El desarrollo motor y las habilidades para la comunicación y el cuidado personal pueden mejorar si se les somete a un adiestramiento adecuado. Algunos de ellos llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrechamente supervisados

Retraso mental de gravedad no especificada (se utiliza cuando existe claridad sobre el retraso mental, pero no es posible verificar mediante los test)
Dependiendo del nivel de gravedad del retraso mental (discapacidad intelectual), el sujeto se puede "educar" y/o capacitar para que aprenda a vivir en la sociedad; puede dominar ciertas habilidades de lectura global (señalización de tránsito, por ejemplo: "STOP"), pueden trasladarse a lugares desconocidos o familiares, pueden aprender un oficio y trabajar en él; siempre y cuando la sociedad le dé la oportunidad de hacerlo.

El retraso mental, en la escala de medición de la inteligencia está por debajo de 70 de CI (cociente intelectual) Es la contraparte al otro extremo de la inteligencia, que es la superdotación, esta se encuentra por arriba de 130 de CI.

lunes, 26 de marzo de 2012

Discapacidad Intelectual

Los niños en situación de discapacidad intelectual se caracterizan por presentar limitaciones significativas en su funcionamiento intelectual, en la conducta y en las habilidades adaptativas a nivel conceptual, social y práctico.

Las características que se observan en el comportamiento del niño con discapacidad intelectual, pueden ir desde las más leves hasta dificultades más profundas:

1. Inestabilidad en la atención y concentración.
2. Desequilibrios posturales y torpeza.
3. Desorganización espacio temporal que dificulta el uso adecuado de los objetos.
4. Limitación en el lenguaje y la comunicación.
5. Impulsividad.
6. Temor ante la pérdida de sostén.
7. Bajo nivel de frustración.
8. Dificultad o ausencia de fijación de la mirada y/o de respuesta a un estímulo sonoro.
9. Presencia de movimientos y gestos estereotipados y repetitivos.
10. Posturas cerradas con presencia de repliegues hacia el propio cuerpo.
11. Dependencia en la ejecución de las actividades de la vida cotidiana.
12. Imposibilidad de acceder al juego.
13. Ausencia de control de esfínteres.

Discapacidad intelectual